2025-08-04 19:39:00
Practicar deporte no es un hábito para mí: es parte de quien soy. No lo hago por moda ni por obligación, mucho menos para encajar en estándares o tendencias. Lo hago porque lo necesito, porque me da claridad, energía, enfoque. Es una pulsión natural que forma parte de mi estructura cotidiana. Algunos lo llaman rutina. Yo prefiero llamarlo convicción.
He escuchado voces que hablan de la “adicción” al ejercicio con un tono preocupante, como si se tratara de una debilidad. Pero no todos entienden lo que implica vivir con un nivel de exigencia y disciplina que no da lugar a la mediocridad. No entreno por vanidad ni por aprobación externa. Entreno porque sé lo que me construye, lo que me transforma, lo que me fortalece.
En un mundo cada vez más cómodo, donde se aplaude el descanso como si fuera logro, el compromiso personal se confunde con obsesión. Pero quienes realmente viven el deporte en carne propia saben que no hay progreso sin entrega diaria. No busco pretextos para detenerme ni razones para justificar pausas. Si el cuerpo puede, entreno. Si la mente quiere, avanzo. Porque sé lo que me aporta cada jornada.
No romantizo el cansancio ni glorifico el agotamiento innecesario. Pero sí reivindico la fuerza de voluntad como un músculo que también se entrena. No todos están dispuestos a levantarse antes del amanecer o a cruzar la ciudad para cumplir una rutina. Y no porque no puedan, sino porque no les arde dentro esa necesidad de ir más allá.
No necesito medir cada kilómetro, ni publicar cada logro. Porque mi validación está en el espejo del compromiso, en la constancia que no falla, en el orgullo silencioso de saber que di lo mejor de mí cada día. ¿Adicción? Tal vez. Pero si es así, es una adicción que me construye, que me da claridad mental, fuerza física y equilibrio emocional.
Y si algún día tengo que parar, será por estrategia, no por debilidad. Porque incluso el descanso, en este camino, tiene sentido solo si responde a un objetivo. Pero jamás por falta de voluntad.
El deporte no me controla. Yo decido vivir bajo sus reglas. Porque ahí es donde soy más fuerte, más libre y más yo.
El juego que no cansa
Alfonso Geoffrey Recoder Renteral
Especialista en gestión, dirección y administración en el deporte, doctor Honoris Causa, posdoctorando en Derecho, doctor en Ciencias de la Educación, doctorante en Administración y Política Pública, maestro en Gestión de Entidades Deportivas, maestro en Administración, maestro en Ciencias de la Educación con especialización en Gestión de Estudios Superiores, maestrante en Ciencias del Deporte, maestrante en Metodología del Entrenamiento Deportivo, maestrante en Periodismo y Comunicación Deportiva, licenciado en Educación Física, licenciado en Derecho.