El juego que no cansa | Alegna González

2025-09-22 17:38:00

La plata que sabe a exigencia

Tokio 2025 volvió a poner a México en el mapa del atletismo mundial gracias a Alegna González, quien conquistó la medalla de plata en los 20 kilómetros marcha con un tiempo de 1:26:06, récord continental y un resultado que rompe con la maldición de los quintos lugares que habían marcado su trayectoria en campeonatos mundiales y Juegos Olímpicos recientes.

No fue una medalla cualquiera, fue la confirmación de que el trabajo constante, el método bien aplicado y la confianza en el talento pueden transformar a una atleta que parecía condenada a quedarse cerca, en una competidora que por fin sube al podio. Detrás de este logro está el respaldo de Ignacio Zamudio, su entrenador, que apostó por fortalecer la técnica y la estrategia de carrera de Alegna, con la paciencia de quien sabe que el deporte de alto rendimiento se construye en años y no en meses.

La marcha mexicana tiene una tradición que no se puede ignorar. Ernesto Canto y Daniel García ya habían puesto el nombre de México en lo más alto con oros mundiales en 1983 y 1997, y Lupita González abrió la puerta en la rama femenil con su histórica plata en Londres 2017. Sin embargo, la sensación en los últimos años era que las glorias pasadas habían quedado como un recuerdo inalcanzable. El legado de entrenadores como Jerzy Hausleber, que convirtió a la marcha en un emblema del atletismo mexicano, parecía lejano frente a generaciones que se quedaban cortas en la cita máxima. Alegna ha devuelto a México a la conversación, y eso no es menor en un momento en que el atletismo nacional clama por referentes.

La pregunta, sin embargo, es inevitable: ¿con esta medalla basta? ¿Deberíamos conformarnos? La respuesta es compleja. Por un lado, sería injusto restarle valor a una plata mundial, sobre todo cuando se compitió codo a codo con María Pérez, la española que vive un momento histórico tras conseguir el doblete dorado en Tokio. Alegna rompió barreras, dejó de ser la atleta de los “casi” y se convirtió en referente, y eso tiene un peso enorme en la construcción de nuevas generaciones. Pero por otro lado, México tiene historia suficiente para saber que puede aspirar al oro, que la marcha ya demostró que puede ser terreno fértil de campeones del mundo, y que una medalla plateada, por valiosa que sea, no debería ser la meta final, sino el punto de partida.

La plata de Alegna es una exigencia disfrazada de triunfo: exige más apoyo institucional, mejores planes de trabajo, continuidad en los procesos y una visión de largo plazo que no se limite a aplaudir lo conseguido. Alegna y su entrenador demostraron que todavía se puede, que la tradición no se perdió, que México aún tiene voz en la marcha mundial. Ahora la responsabilidad está en transformar esa voz en grito, en volver a colocar a México en la cima, porque conformarse sería un error y resignarse sería una traición a la historia que otros construyeron con sudor, disciplina y gloria.

 

 

 

El juego que no cansa

Alfonso Geoffrey Recoder Renteral

Especialista en gestión, dirección y administración en el deporte, doctor Honoris Causa, posdoctorando en Derecho, doctor en Ciencias de la Educación, doctorante en Administración y Política Pública, maestro en Gestión de Entidades Deportivas, maestro en Administración, maestro en Ciencias de la Educación con especialización en Gestión de Estudios Superiores, maestrante en Ciencias del Deporte, maestrante en Metodología del Entrenamiento Deportivo, maestrante en Periodismo y Comunicación Deportiva, licenciado en Educación Física, licenciado en Derecho.